lunes, 15 de septiembre de 2008

Una vibración extraña llegó desde la ventana


2 comentarios:

Atisbos dijo...

Tengo un cuchillo acá a mi lado
pero mis venas no desean ser cortadas
al contrario
mi sangre quiere vertirse sobre el verde de los pastos
y estirarse infinitamente hasta la última gota del mar
flotar en el vacío
hundirse en la arena
explotar junto a las estrellas

Mal de archivo dijo...

Reacciones al-químicas.

Y a pesar de que aún me quedan
doce bonobones en la caja
lo único que puedo hacer
es llevarme al rostro el lazo rojo
que la sellaba
cual timbre de tarjeta postal
imaginar el instante de la remisión
del enlace
porque lo cierto es que ni siquiera
hay guerra
ni siquiera un estadito de sitio
para poder atesorarlo como la propia vida
en cambio
debo atesorarlo sí
es preciso (il faut)
pero aquél lazo
aquella cadena
en vez de desencadenar
la fotografía más feliz antes de la muerte
e incluso
contra la muerte
sólo desencadena nostalgia
la posibilidad imposible de un quizá
¿cómo recibir ese don?
y asimismo
¿qué pasará con ese globo lleno de suspiros?
una partida falsa ha de haber sido
un número 'al agua' en una rifa de colegio
un lapsus de un lector de noticias
una errata en una revista de falabella
aunque bien podría hablar de ojos y pingüinos
de calles o amapolas
debo respirar
como si en la respiración se jugase una cierta alquimia
donde todo cambia y se vuelve humo
para no hablar de bacterias diminutas o galletas de avena
sobre todo
de números

números
cuadrados de binomio
el código de una dirección
de una línea donde la voz del otro se oye
o se envía.